Cetrería friki

El padre de Goño siempre le cuenta historias de aguiluchos. Además, en la montaña, Goño ve a menudo halcones y quebrantahuesos.
Pero el halcón de esta historia lo ha visto en la televisión, y estaba a punto de cazar un conejo.
-¡Mira! ¡Es un halcón peregrino! -le ha explicado su padre.
-Pues yo conozco otro tipo de halcón –ha presumido Goño.
-¿Ah, sí? ¿Cuál?
-¡El Halcón Milenario!

Ombliguismo

Goño va hablando animadamente con su padre camino del colegio.
Está contando cómo le fue en natación: cómo nadó con el churro, cómo se tiró de cabeza...
-Y hago ¡pum! Y me duele la cabeza cuando me tiro porque tengo la cabeza muy grande -sigue explicando Goño.
-¿Y tu amigo A.? ¿También se tira así?
-Ahora no, porque está en Italia.
-Ya, pero normalmente, cuando va a natación, ¿también se tira de cabeza A.?
-No te lo quiero contar, papá. Porque ahora estamos muy ocupados hablando de mí.

Gris

-¡Mira, papá! -dice Goño-. Este gorro es gris. ¡Gris! Como los policías, que antes eran grises.
Y Goño empieza a gritar:
-¡Que vienen los grises! ¡Que vienen los grises!
-¿Pero quién te ha contado eso?
-T., mi profesora.

Los contenidos curriculares de Educación Infantil son asombrosos. Los niños de 3 años lo mismo aprenden que la vaca da leche como que hay que salir pitando si viene la Policía Armada.
Nos preguntamos si Goño jugará en el recreo a "grises y ladrones". Más aún. Nos preguntamos con cierta inquietud... ¿qué elegirá?

Goño y los celos: un caso de posesión

Goño ha estado con sus primos O. en Benasque. La noche anterior, completamente dormido, ya gritaba:
-¡¡¡¡Mamáááá, no quiero ir a Benasque!!!!
Una vez allí, su consciente no desmintió a su inconsciente. Miradas feroces, desplantes, empujones, verbalizaciones del tipo: “Te voy a tirar al río” o “¡No os quiero nada!”...
-Dame la manita –pedía todo el rato la primita M.
Pero Goño se metía las manos en los bolsillos y decía muy serio:
-No, que tengo las manos frías.
Al final, el día, lleno de idílicos paseos por el parque natural, juegos en columpios, mimos de abuelos y tíos, y deliciosa comida, fue sentenciado como “horrible”.
-Lo he pasado fatal –ha dicho Goño.
Al día siguiente, aún duraban los efectos del día horribilus. Goño ha llorado como un energúmeno y ha dicho:
-¡Es que yo no quería ir a Benasque! Además, yo no lloro. Es mi cuerpo, que llora solo.
¿Alguien conoce a un exorcista?

Literatura comparada

El otro día, Goño fue otra vez a la presentación de un libro. Esta vez se trataba de un álbum de Antón Castro. Goño se portó de maravilla. Escuchó atentamente las intervenciones de todos los ponentes y se quedó embobado escuchando el cuento y la canción final.
Al final quisimos que el autor nos dedicara el cuento.
Cuando por fin llegó nuestro turno, la madre de Goño le cogió en brazos para que pudiera decir su nombre al escritor y ver cómo escribía la dedicatoria. Así, mientras Antón Castro escribía una delicada dedicatoria que incluía las palabras "poesía", "flor de las mareas", "pasión por la vida".... este "futuro poeta del mar" que es Goño dijo señalando al escritor y no precisamente en voz baja:
-¡¡¡Mamá, es calvo como Caillou!!!

Días llenos

Últimamente Goño tiene una agenda muy llena.
La semana pasada fue a una presentación de un libro terrorífico y se lo pasó de miedo jugando con la máscara que regalaban a los asistentes. (Juro que el ser enmascarado que aparece en la foto del enlace es Goño en persona.) Mientras el escritor hablaba de su obra, Goño se dedicaba a hacer él también de escritor y juntar letras hasta completar la lista entera de niños de clase.
Dos días después Goño fue con el primo L.R. a un concierto con mago incluido. (¡Gracias, Heidi, por las entradas!) El primo volvió encantado, y no era para menos. Pero Goño tenía día negro y dijo: "No me ha gustado nada. No me gusta ningún instrumento."
Al día siguiente fue al teatro. La obra acababa con lanzamiento de estrellas-confeti y Goño prefirió recoger estrellas a aplaudir. Ahora tenemos una constelación en cada bolsillo de la trenka.
Y ayer, después de natación, Goño fue a hacer galletas y un sombrero de Easter con la tía Cactus y la tía Bosque. Lo pasamos en grande. Y el sombrero quedó genial. Y la harina estaba muy suave. Y Goño inventó una nueva forma de cascar huevos. Y las galletas tenían una pinta estupenda. Y olían fenomenal. Y...
Hasta que las probamos.
¿Alguien quiere galletas?