miércoles, 25 de marzo de 2009
Berrinche
Esta tarde Goño está castigado sin jugar con el Lego.
Está tan enfadado que hoy nada le gusta. Son tantas las cosas que no le gustan que es imposible recordarlas todas, pero aunque no están todas las que ha dicho, sí ha dicho todas las que están. (Léase de corrido, gritando y llorando. Si salen mocos al mismo tiempo, mejor.)
-No me gustan los juguetes. No me gusta nuestra casa. No me gustan los colores. No me gustan los cactus. No me gustan las retros [retroexcavadoras]. No me gustan los coches, ni las furgonetas, ni los camiones. No me gustan las cosas bonitas. No me gustan los tractores, ni los zapatos, ni las tiendas. No me gustan las palmeras. No me gustan las mamás. No me gustan los papás. No me gustan los semáforos. No me gustan los abuelos. No me gusta el colegio. No me gusta el cinturón. No me gustan las lunas. No me gusta la radio. Solo me gustan las cosas feas. Pintarlo todo de negro. Y el Lego.
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Le gustan las abuelas y las cosas de comer...
ResponderEliminarEa , ha dicho !! A este paso en la adollescencia se os vuelve gótico
ResponderEliminarTia Cactus
Marta: ¡Es verdad! Sobre todo, los churros y el pollo crudo, como buen astuzano que es.
ResponderEliminarTía Cactus: Pues sí, más gótico que la catedral de Burgos y Tim Burton juntos. Anda, mira a ver si le insuflas un poco de happy flower power. ¡Más margaritas y menos cactus!
No me gustan los primitos y menos la tía Teté
ResponderEliminarPerdona, a la tía Tete la adora ( lo cual, todo hay que decir, con lo que me gusta hacerle rabiar es casi inexplicable), puesto que le gusta mantener conversaciones con la familia, es decir con sus padres y con la tía Tete. Dicho por él.
ResponderEliminarQue solete de niño.
MM, influencia de la tía Cactus como buena... me sorprende, me sorprende.